En la parada de colectivos un humano espera. La nave que vendrá a buscarlo
lo llevará por la ciudad de sol fundido hasta los habitáculos donde viven los
moradores más pobres de este sistema planetario, allá donde el sol es más
impiadoso todavía y se derrite sobre los techos de chapas. En otros anillos los habitantes tienen
aparatos que enfrían el aire, pero para
gozarlos es necesario disponer de energía, algo que no siempre sucede, y
quedarse encerrado.
Cerca del sol todo quema. Minuto a minuto se licúa la tarde ardiente de enero sobre la vida.
Isabel Garin
Isabel Garin
2 comentarios:
suerte para vos que le encontràs alguna poesía al verano en buenos aires, yo no le encuentro ninguna!!!!!!
Ana
hoy debemos estar en Mercurio, por lo menos
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