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domingo

Siesta en Alto Camet

Esta quietud conocida:

terminó el almuerzo,

limpia y guardada la vajilla

terminan las tareas del mediodía,

hace calor,

el viento cierra de golpe una ventana

y luego todo se calma,

se apacigua el mundo,

se estira la siesta adormilada

por el canto de una paloma

sobre el coro en sordina

de las cotorras del parque,

lejanas.

 

Este vacío tan conocido y tan mío.

Medio día ha transcurrido

de este día

 y ya media vida de mi vida.

Cómo se viene la muerte

tan callando,

cómo se queda durmiendo

en la quietud de la siesta,

ya esperando.

 



 


 






 


 


 



sábado

El sueño de Guernica












¿Adónde dormirá esta noche la mujer

con un niño en brazos?

Esa que desde una foto

nos mira a todos,

su casilla de chapas detrás.

Y el hombre que perdió el trabajo

y no pudo pagar más el alquiler,

¿adónde dormirá esta noche

después de haber llevado a su familia con él?

Con él, al sueño de Guernica.

Un sueño difícil

duro

un sueño de estar mojados

tiritando de frío o sacudidos por  el viento

en ese descampado,

pero soñando.

Un sueño de aguantar la amenaza

y de estar en vigilia todo el tiempo,

pero con un sueño entre las manos.

Los pies sobre la tierra siempre negada,

pero una tierra propia donde levantarse cada mañana

y levantar la casa que diera cobijo

a tanto desamparo.


¿Adónde dormirán esta noche

los que vieron que quemaban sus casillas,

de las pobres las más pobres?

¿Adónde dormirán los golpeados,

adónde llevarán su llanto los ofendidos y humillados?

¿Adónde dormirán  las mujeres

que por fin habían hallado

la tierra de Guernica para vivir su vida?


No dormirá Guernica esta noche.

Aún resuena el desalojo, los gritos

y los golpes, el humo de los gases. 

Sobre Guernica cae un manto,

esta noche no tendrá cielo estrellado.  


Al sueño de Guernica se lo han llevado.


Isabel Garin


Arte: Willy Williams

viernes

Esperando a los bárbaros - Constantino Cavafis

Esperando a los bárbaros
[Poema: Texto completo.]
Constantino Cavafis
-¿Qué esperamos congregados en el foro?
Es a los bárbaros que hoy llegan.

-¿Por qué esta inacción en el Senado?
¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.

-¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,
está sentado, solemne y ciñendo su corona?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
Y el emperador espera para dar
a su jefe la acogida. Incluso preparó,
para entregárselo, un pergamino. En él
muchos títulos y dignidades hay escritos.

-¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron
hoy con rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?
Porque hoy llegarán los bárbaros;
y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.

-¿Por qué no acuden, como siempre, los ilustres oradores
a echar sus discursos y decir sus cosas?
Porque hoy llegarán los bárbaros y
les fastidian la elocuencia y los discursos.

-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y contado que los bárbaros no existen.

¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.