
Acompañando la celebración por la Pachamama hoy estuve en una de sus fiestas. Se el agradece, se le pide, se la cuida, y se le ofrece toda clase de bebidas y alimentos que se vuelcan en un hoyo en la tierra. Mientras, suenan las cajas y cantan las copleras.
En la larga cola para llegar al hoyo de las ofrendas algunos impacientes reclaman, con discreción, por la espera, y una mujer dice:
- No es la cola del supermercado. Hay que ser paciente, la tierra es paciente.
Después de mi ofrenda me levanto y me dirijo a los chicos que nos cubrieron con un poncho y nos alcanzaron cada una de las bebidas y alimentos y les digo "gracias". Una chica sonríe y me dice: "a ella".
A la tierra.