Hoy a la mañana con ayuda de un chico vecino que se
trepó al pino, pudimos bajarla. Palpitaba. A la luz del sol casi desaparece de la vista pero desde el
atardecer brilla parpadeante y blanco-azulada
en la palma de la mano. La colgué de un hilo a la entrada de casa.
jueves
Estrellas cercanas
Ayer, tarde,
unos sonidos que venían de la noche me hicieron ir a mirar por la ventana
de atrás. Y entonces vi una multitud de
estrellas que cruzaban el cielo. Eran propiamente las estrellas: de su tamaño, con su
brillo titilante, con su aparente lejanía, pero mucho más cerca, muchísimo, al alcance
de la mano. Cruzaban siseando el cielo del fondo de casa, lentas, rayando la noche con su luz fría,
seguras de su curso. Todas seguras menos una que pasó tan bajo que quedó
enredada en la punta del pino que hay al fondo.
2 comentarios:
Quiero una!
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