
(Para Contrahegemoníaweb). Ser mortales, y saberlo, es el eje de la condición humana. O lo era, hasta que a fines de este siglo el ser humano ha alcanzado la inmortalidad. Cómo ha llegado a ella es lo que investiga una “relatora”, lo que antes se llamaba periodista, que busca los ocultos antecedentes del más formidable logro humano: no morirse más.
El mundo presenta entonces importantes reconfiguraciones políticas y sociales: Europa se disgrega, con Estados que no tienen poder sobre sus territorios, al mismo tiempo que se ve invadida por desesperadas muchedumbres africanas que huyen de su continente. Estados Unidos continúa su larga y patética decadencia, y Latinoamérica ha formado Latinia, una inestable y empobrecida unión de países. China domina el mundo.
Justamente, es chino el nombre de la inmortalidad alcanzada por la ciencia y la tecnología: 天 Tsian. Aquella relatora comienza a tirar el hilo de los ya lejanos comienzos de la investigación científica en laboratorios, busca y entrevista a las personalidades que fueron creando y recreando el camino de la vida eterna, y las leyendas a su alrededor; conoce a los primeros y exclusivísimos casos que obtuvieron su Tsian, inalcanzables para las mayorías por costosos y privativos, hasta la masividad que determinó e impuso China. En este camino, son brillantes las descripciones de la ubicua tecnología, la fluidez de los cuerpos y los géneros, el intercambio social y personal, lo transcorpóreo, las realidades virtuales caras y cómodas para vivir sin asomarse a las tremendas realidades de las calles.
De esta manera la potencia de Sinfín, contada como crónica, se genera en la verosimilitud de una futura realidad política, social y tecnológica nacida de nuestro presente: el mayor logro humano en medio de un mundo desigual, violento y peligroso. Y así resulta que haber alcanzado la utópica inmortalidad, ubicada en ese contexto, es una inteligente y aguda distopía, y de esto podrían dar cuenta los interrogantes y dudas a las que al final arriba la relatora.
Y una pregunta se desprende, a la que Sinfín ya da su respuesta: ¿no es posible imaginar otro mundo mejor que este para el futuro? ¿No se puede crear y creer en un futuro mejor, con o sin inmortalidad?
Sinfìn, Martín Caparrós. Literatura Random House, 2020.
1 comentario:
No leí esta de Caparros todavia, pero el me parece muy bueno. Y en cuanto a poder pensar en otro mundo mejor, no sé, algo pasa, nos quedamos sin imaginacion
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