Invitación a fiesta infantil de un sindicato del Hospital de Clínicas |
La lucha de mujeres y la emergencia de género ha impactado en muchos aspectos y uno de ellos es sobre el idioma, al menos sobre el nuestro. Se trata de hace visible al género femenino en una lengua que nombra al universal o genérico con el masculino y se estructura fuertemente así. Desde hace una década o más los intentos de modificar esa estructura y abrir lugar a la visibilización de lo femenino han pasado o pasan por el desdoblamiento, es decir no usar más el masculino como genérico sino nombrar por separado a varones y a mujeres, ya sean presentes o aludidos: los vecinos y vecinas, los profesores y profesoras. En el idioma escrito se ha hecho y y se hace con el uso de la @ o de la x en lugar de las vocales: lxs vecinxs. Y hasta con la supresión de las vocales, sin reemplazo por otro signo: ls vecins.
Estos intentos presentan diversos problemas, aparte de la lisa y llana resistencia: el desdoblamiento permanente es agotador y rompe el principio de economía del idioma, y el reemplazo o supresión de las vocales solo sirve para la lengua escrita. Pero los intentos renuevan su creatividad y ahora se desarrolla otro: encontrar un genérico nuevo reemplazando la o masculina por la e neutra: vecines, compañeres, todes.
No sabemos qué recogerá al final el castellano, y qué fijará, pero lo más probable es que más tarde o más temprano no pueda ignorar estas emergencias del habla que todavía pueden ser sectoriales, no abarcadoras de toda la sociedad, pero que va en ese camino. Hasta hace muy poco el lenguaje inclusivo solo aparecía en el discurso político, en el discurso público y políticamente correcto, pero avanza y permea a otros ámbitos, también el de la vida personal y familiar. Por ejemplo: integro un grupo de guasap de una muchedumbre de primxs, y hete aquí que hasta no hace mucho podía dirigirme a ellos naturalmente con el universal "primos" pero desde hace poco, si me dirijo así, me entra una cosquilla molesta, una advertencia como de futuro estornudo, una pregunta que antes, en ese ámbito familiar o personal, no aparecía: ¿y las primas? O ¿y lxs primxs? O ¿y les primes?
Volviendo a la invitación a la fiesta infantil, que hay resistencias, las hay, no a la fiesta misma sino a la forma de saludar a les niñes. Pero que la resistan también es signo de que los perros ladran y el idioma cabalga.
Resistencia correctiva |
Volviendo a la invitación a la fiesta infantil, que hay resistencias, las hay, no a la fiesta misma sino a la forma de saludar a les niñes. Pero que la resistan también es signo de que los perros ladran y el idioma cabalga.
2 comentarios:
a mí me hartan, soy politicamente incorrecto
estoy en el medio: ya no puedo decir el masculino sin molestia o sin estar en contra directamente, pero no asumo todavía la otra forma de hablar
Ani
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