Esta mañana, al
entrar a la biblioteca, Juan ve que las series
monográficas que ayer estaban en los estantes hoy están en una caja. La caja parece una de
las tantas listas para donar pero
tiene arriba un cartelito escrito a mano que dice “Para canje”. En cambio, las que ayer tenían un
cartelito que decía “Para canje” ahora
tienen otro que dice “Para revisar”.
Ayer, lo que se
iba a revisar se separó en dos grupos: uno, para pedir opinión a usuarios directamente interesados en ese
tipo de material por si valía la pena ingresarlo al fondo bibliográfico o podía
descartarse, dando por supuesto que
habría mucho para descarte, y otro para canjear. Pero los usuarios
invitados a opinar no se hicieron presentes y ahora habrá que revisar lo que se
suponía que se podía descartar.
Juan trabaja con
lo que hay que revisar. Ubica a lo que hay que revisar en los estantes de más
arriba y en los de más abajo hace
lugar a
lo que se va a canjear. Antes,
las revistas y libros para canjear estaban más altos pero esos estantes se
ocuparon con una donación, que llegó intempestiva y desplazó
sin compasión a lo que había que
revisar, y lo que había que revisar desplazó desde sus cómodos estantes hacia cajas de cartón a lo que sería
para donar. Y lo que era para canje cambió de ubicación. Cuando cambió de
ubicación obligó a las series
monográficas a correrse y a gran
parte de los libros para
canje y donación a vivir en cajas
hasta ser efectivamente canjeados o donados.
Entonces, lo que
se iba a revisar quedó en dos ubicaciones separadas por la donación recibida. Una parte de lo que había que revisar se fue corriendo poco a
poco y ocupó unos estantes todavía libres, pero durante el año los estantes se
han ido llenando con los nuevos
ingresos, y desplazando también a lo
dispuesto para donar.
Antes de ayer
lo que estaba para revisar ocupaba el
espacio del material nuevo para ingresar. Hubo que hacer más lugar y lo que era para canjear fue corrido,
en espera de que al ingresar los materiales y ser ubicados definitivamente, se
liberara ese espacio.
Mientras,
lo que está para donar se corrió cerca
de la puerta, como si la proximidad de
la salida pudiera apurar el trámite para su ruta.
Eso fue antes de
anteayer.
Hoy, lo que se
va a revisar ocupa el lugar de lo que se iba a canjear, lo que se va a canjear
está donde estaba lo dispuesto para donar, lo dispuesto para donar está ahora mismo donde antes estaba lo que se
iba a revisar, lo ya revisado tiene un apretado lugar junto a lo ingresado y la
donación quedó donde está el material
para ingresar.
9 comentarios:
Pobre Juan! la verdad sea dicha, y mirame a los ojos, no tuviste ganas a veces de tirar los materiales por la ventana?
ajajajajaja, te juro Isa que me río de los nerrrrvios!!!!!
PD: cualquier semejanza con la realidad, aproveche a constatarla ahora, antes de que le cambien los hechos de lugar
Me encantó!
Estimada Isabel: Me pareció muy bueno tu cuento. Sobre todo porque yo también soy Bibliotecario, y a más de eso, igual que vos, me dedico un poco al tema de la narrativa. Ya tengo dos libros publicados...y sigo en esta brecha, no muy asiduamente, pero de vez en cuando sale algo.
Me encantaría poder conectarme con vos por mail, dado que yo no soy muy ducho con "blogspot"... Mi blog lo hago en Wordpress, que para mí es más amigable.
Tengo un cuento también que es sobre Bibliotecas y Bibliotecarios...
Bien... mi nombre y apellido es Alejandro Abate y mi mail es aabate82@gmail.com. La dirección de mi blog, es (por si querés darle una ojeada): www.cuentosalejandroabate.wordpress.com
Gracias
Isa querida, muy bueno ! una realidad cotidiana en las bibliotecas, que termina semejándose a un trabalenguas.
Felicitaciones.
Elsa
Hola Isabel!!! me encantó el cuento!! El mail llegò justo cuando estaba parada frente a las estanterias pensando en como correr los libros de lugar para ingresar los nuevos jajajaja. Felicitaciones y un beso
Gladys
Gracias, Elsa! a quién no le ha tocado estar entre océanos de libros en movimiento, una realidad en las bibliotecas en mudanzas y cambios de ubicaciones. Para no ahogarse hay que tomarlo con un poquito de humor...
Oh, llegó justo entonces! y mejor si te hizo reír un poco...el próximo mes habrá otro de bibliotecas y bibliotecarios.
a mí también me han agarrado nerrrvios en esas situaciones! je! gracias, Marita!
Más de una vez, sí señor, yo tuve ganas! pero fijate que Juan se lo toma con calma
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