viernes

Sobre el 5° Encuentro de Editoriales Cartoneras, Santiago de Chile, 2017

Interesante  nota publicada en el blog http://librosvivientes.blogspot.com.ar/ de Daniel Canosa. Al final, listado de editoriales cartoneras.


miércoles, 4 de octubre de 2017

Sobre el 5° Encuentro de Editoriales Cartoneras, Santiago de Chile



Ha sido muy enriquecedor compartir en la Biblioteca de Santiago las diferentes experiencias que formaron parte del 5° Encuentro Internacional de Editoriales Cartoneras, donde los asistentes tuvimos la oportunidad de acceder a diversas ponencias en un amplio marco que incluyó el aporte de editores, escritores, artesanos y cartoneros. Es para destacar la particularidad de este movimiento social, que lejos de perder fuerza se ha multiplicado en diferentes direcciones, permitiendo que otras voces integren el heterogéneo plano de la literatura, mediante la autogestión y la creatividad.

Visitar la exposición es constatar este último aspecto, la variedad de formatos y de propuestas, las estéticas literarias y artesanales, el compromiso social, la inclusión de expresiones surgidas en contextos carcelarios, pero sobre todo el acto de llevar la palabra escrita a otra dimensión, en el que no caben las imposiciones ni los autoritarismos, ya sea desde el plano político-editorial como desde la situación económica.

En algún punto de la presentación de la ponencia comenté esto: las editoriales cartoneras vinieron a ocupar un espacio que nunca estuvo vacío, y para muestra bastan los casos registrados en los años 70: la poeta argentina Elena Jordana con su editorial cartonera Ediciones El Mendrugo, el poeta “guaraní parlante” Carlos Martínez Gamba, quien también publicó sus poemas en este formato, el Taller Leñateros de la cultura Maya, con su serie “Libros de Kartón” bajo la denominación “Cuxtitali Cartonera”, cuyos libros, basados en una cultura de reciclado, ofrecieron piezas únicas, de enorme calidad. Ni hablar la cantidad de editoriales artesanales, independientes, alternativas, que en los años 80 ofrecieron ediciones excepcionales en diferentes formatos, incluyendo plaquettes, libros-objeto o artefactos que llevaban un valor agregado mediante técnicas propias de las artes plásticas.

De algún modo, todo ese contexto previo ofreció un tipo de información que terminaría originando en el actual fenómeno de editoriales cartoneras cooperativas de reciclado, en el cual nunca tenemos que dejar de lado que la idea (o la necesidad de la misma) surgió porque antes hubo una crisis, esa idea, a la que Eloísa Cartonera le puso un cuerpo, terminaría generando un impacto sin precedentes a nivel mundial, una conjetura que increíblemente nació de forma involuntaria por una persona en situación de calle.

El universo de las cartoneras y de los libros cartoneros es realmente ilimitado, y lo presenciado en Santiago de Chile ofrece una pauta de entendimiento que nos muestra un escenario que lejos se encuentra de desaparecer, sino más bien todo lo contrario:  es algo más que una conquista social, una noción de la que pueden dar cuenta los editores, artesanos, escritores y cartoneros que estuvieron presentes en el evento, y al que esperamos volver el próximo año.

A modo de adelanto del trabajo presentado bajo el título “Editoriales cartoneras: el paradigma emancipatorio de los libros cartoneros en contextos de vulnerabilidad social”, se comparte un directorio de las diversas editoriales-cooperativas cartoneras existentes a nivel mundial, organizadas en orden alfabético por países,  incluyendo año de inicio, con el objetivo de facilitar el acceso al recurso físico y digital de cada agrupación.  En el caso de aquellas editoriales que cuentan con varios accesos (página Web, blog, Facebook y/o Twitter) se tomó por criterio en esta etapa incluir una sola URL.

Para llevar a cabo este trabajo se cotejaron los diferentes directorios existentes en entornos digitales, registrando hasta la fecha (desde 2003 hasta septiembre de 2017) 277 editoriales cartoneras. Cabe señalar que en este listado se encuentran casos donde no aparecen datos de contacto, mientras que en algunos ejemplos no queda confirmado el año de inicio, con lo cual es necesario abrir una puerta colaborativa para quienes cuenten con información que permita de este modo ir modificando el directorio.

Se debe aclarar que dicho dato no pretende, ni podría, ser completo y/o exhaustivo, por la naturaleza de su concepción y desarrollo, el resultado es inevitablemente estimativo, seguramente existen muchas editoriales que publican libros de cartón sin difundir su producción en redes sociales, como también figuran menciones sobre cartoneras cuyos datos no resultaron comprobables. En otros casos hubo cartoneras que no publicaron libros, para lo cual se tomó por criterio no incluir dicha información.

En total figuran 28 países con experiencias de editoriales cartoneras, de los cuales 10 son latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), 4 de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Panamá), 3 de Islas del Caribe (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana), 2 de América del Norte (EEUU y México), 7 europeos (Alemania, España, Finlandia, Francia, Italia, Portugal y Suecia), 1 de África (Mozambique) y 1 de Asia (China).

Esta propuesta requiere de una permanente revisión bibliográfica cuyo humilde objetivo es ir completando en lo sucesivo un listado de editoriales cartoneras a nivel mundial. Desde 2017 en adelante el directorio se irá actualizando mes a mes en el blog Que sabe quienhttp://www.librosvivientes.blogspot.com.ar/ para lo cual espero contar con la colaboración de los asistentes del encuentro de Santiago, y de todos aquellos que han investigado sobre este fenómeno sociocultural.

Vaya a toda la familia cartonera mi sincera gratitud por permitirme compartir esta experiencia.
Hasta pronto.
Daniel Canosa



Directorio de Editoriales Cartoneras en el mundo:

Alemania (2)

Papka Cartonera (2011)

PapperLaPapp (2009)

Argentina (19)

Barco borracho ediciones (2008)

Cartonerita Solar (2009)

Casimiro Bigua Cartonera (2013)

Cieneguita cartonera (2011)

Cuenteros, verseros y poetas (2010)

Editorial cartonera amarillo rojo y azul (2012)

Editorial Retazos (2010)

El Piche Cartonero (2017)

Klokéten Tintea Cartonera (2012)

Eloísa Cartonera (2003)

La gurisa cartonera (2013)

La Sofia Cartonera (2012)

Me muero muerta ediciones (2011)

Ñasaindy cartonera (2009)

Paisanita Editora (2013)

Poderosa lectura (2012)

Seis puntitos cartoneros (2013) [Casimiro Bigua, cartonera braille]

Textos de Cartón (2009)

Tinta limón ediciones (2010)

Bolivia (8)

4 nombres Cartonera (2014)

La Aparecida Cartonera (2010)

Babel Cartonera (2010) (franco-boliviana)
[sin página Web]

Mandrágora Cartonera Editorial (2004)

My Lourdes cartonera (2009)

Nicotina cartonera (2009)

Rostro asado cartonero (2010)

Yerba mala cartonera (2006)

Brasil (35)

Candeeiro Cartonera (2015)

Carolina Cartonera (2015)

[sin página Web]

Cartonera Caraatapa (2013)

[sin página Web]

Cartonera do mar (2015)

Catapoesia (2009)
http://catapoesia.wordpress.com/

Chita Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/chitacartonera/

Clãndestina Cartonera (2014)

Comissao cartonera (2014)

Dengo–Dengo Cartoneiro (2011)

Dulcinea catadora (2006)

Ediçoes Serpentinas (2011)

Editora artesanal Monstro dos mares (2011)

Escola Poty Medeiros. Editorial Cartoner (2014)
[sin página Web]

Estaçao Catadora (2011)

Estrela cartonera (2013)

Katarina Kartonera (2012)

Lara Cartonera (2013)

Malha Fina Cartonera (2015)

Magnólia Cartonera (2015)

Maracajá Cartonera (2015)

Maria Papelão Cartonera (2013)

Mariposa Cartonera (2013)

Nordeste Cartonero (2015)

Pé de Letra (2014)

Querubim Cultural (2012)

Rubra Cartoneira Editorial (2012)

Sereia cantadora (2010)

Severina catadora (2012)

Sopapo Cartonera (2014)

Therezinha Cartonera (2013)

Universo Cartoneiro (2016)

Vento Norte Cartonero (2014)
https://es-la.facebook.com/ventonortecartonero/

Voz Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/Voz-Cartonera-131341647480233/
Chile (49)

Al fin Ediciones (2017)
https://www.facebook.com/Al-FIN-Ediciones-1046318588803742/
Animita Cartonera (2005)

Arriba del pegaso (2016)
Autoedición Cartonera (2016)

Benicia Cartonera (2011)

Calafate Cartonera (2012)

Canita Cartonera (2009)

Cartonera Helecho (2009)

Cartonerosinfilo (2017)
https://www.facebook.com/people/Editorial-Cartonerosinfilo/100019225232817?fref=mentions

Charquicán Creativo (2017)
https://www.facebook.com/Charquican-Creativo-2069701746591053/

Cizarra Cartonera (2009)

Colectivo Pulmari ediciones (2016)

Costalazo ediciones (2015)

Cuenta Cartón (2017)
https://www.facebook.com/EditorialSustentableCC
Ediciones Kiltra Cartonera (2012)

Ediciones Ají (2013)

Ediciones Inubicalistas (2009)

Ediciones Liz (2016)

Editorial Cayo la teja (2015)

Editorial Montecristo cartonero (2016)

Editorial Taller Colectivo Anartistas (2016)
[sin página Web]

Efímera cartonera (2016)

Estalla cartonera (2014)

Hipérbole ediciones (2015)

Infracción Ediciones (2013)

Fugitiva Cartonera (2014)
[sin página Web]

Gata Galáctica Ediciones (2015)
https://www.facebook.com/gatagalacticaediciones/
Griffo Ediciones (2016)

Isidora Cartonera (2011)

Juanita Cartonera (2014) bibliotecaria

La Fonola Cartonera (2013)  bibliotecarios

La Gata Viuda Cartonera (2013)

La Grullita Cartonera (2015)

La Joyita cartonera (2014)

La mañosa cartonera (2016)

La Vieja Sapa Cartonera (2012)

Letras de Cartón (2013)

Libertando Cartonera (2014)
[sin página Web]
Loquita cartonera (2014)

Luchín Cartonero (2015)

Multicancha ediciones (2013)

Nelumbo Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/NelumboCartonera/
Nuestra Señora Cartonera (2010)

Olga Cartonera (2012)

Opalina Cartonera (2014)
http://opalinacartonera.blogspot.com.ar/

Pollos Cartoneros (2016)
https://www.facebook.com/polloscartoneros/

Publicaciones Marca Chancho (2017)

Varonas de cartón ediciones (2013)

Warp Zone Cartonera (2012)

China (1)

Feng (2016)
[sin página Web]

Colombia (8)

Amapola Cartonera (2012)

Anfibia Cartonera (2013)

Cartongrafías (2014)

Del ahogado el sombrero cartonera (2011)

Ediciones muela de oso (2013)
[sin página Web]

La maestra cartonera (2016)

Patasola cartonera (2009)

Zarigüeya Editorial (2016)
https://www.facebook.com/editorial.zarigueya
Costa Rica (3)

Cartonera Tica (2010)
[sin página Web]

La Cartonera Tuanis (2010)

Ukecleta Cartonera (2016)

Cuba (3)

Costanera Editorial (2014)
[Sin página Web]

Ediciones Encaminarte (2014)
[Sin página Web]

Ediciones Samandar (2014)
[Sin página Web]
Ecuador (9)

Barba azul cartonera (2009)

Camareta Cartonera (2011)

Dadaif Cartonera (2012)

Editorial cartonera intercultural (2013)

La One hit wonder cartonera (2013)

Luna verde cartonera (2014)
Morona Santiago [sin página Web]

Matapalo Cartonera (2009)

Murcielagario Cartonera (2009)

Ninacuro Cartonera (2013)

El Salvador (2)

La Cabuda Cartonera (2009)

Pirata Cartonera (2013)

España (20)

Aida Cartonera (2013)

Astromántica Cartoneira (2015)

Boquita Cartonera (2011)

Carmela Cartonera (2013)

Cartonera Island (2012)

Cartonerita Niña bonita (2009)

Cartopies Cartonera (2010)

Cordeleria Ilustrada (2012)

Ediciones Karakarton (2012)

Editorial Ultramarina Cartonera & Digital (2009)

El Mamut Clonado (2011)

Iyari Cartoneria (2011)

La Verónica Cartonera (2013)

Llibres de Cartro (2010)

Meninas Cartonera (2009)

Palmera Cartonera (2012)

Paquita Cartonera (2007)
[sin página Web]

Pensaré Cartoneras (2014)

Princesa Cartonera (2014)
[sin página Web]

Zapaticos Rotos Cartonera (2013)
[sin página Web]

Estados Unidos (5)

Cardboard House Pres (2016)
https://www.facebook.com/TheCardboardHousePress/

Memphis Cartonera (2016)
https://www.facebook.com/Memphis-Cartonera-1693509454250014/
Rosalita Cartonera (2010)
[sin página Web]

Tacocat Cartonera (2016) revista bilingüe

Workshop Community Arts. Cartonera Santanera (2012)

Finlandia (1)

Karu Cartonera (2010)

Francia (8)

Cephisa Cartonera (2011)

Cosette Cartonera (2016)

El tren blanco. Colectivo cartonero (2011)

Julieta Cartonera (2012)

Kartoceros editions (2015)

La Guêpe Cartonnière (2010)

La Marge (2013)

Yvonne Cartonera (2010)

Guatemala (5)

Alambique (2009)
[sin página Web]

Cartonera Maximon (2011)

Catafixia Editorial (2009)

Ediciones la maleta ilegal (2015)

Proyecto editorial Los Zopilotes (2011)

Italia (4)

Fernandapappetrice (2012)

Pangea Cartonera (2016)

Storie di cartoné (2012)

Zona franca Casa Editrice di cartoni (2009)

México (51)

Bakcheia Cartonera (2012)

Carton-ERA (2014)

Cartonera Curiositas (2013)
https://www.facebook.com/lacuriositas
Cartonera Hortera (2012)

Cartonera la Cecilia (2011)

Cartonera Nómada Editorial (2014)

Cartonera Siete Lenguas (2012)

Cartopirata (2014)

Casamanita Cartoneira (2009)

Cascada de palabras (2011)

Catarsis Cartonera (2015)

Cohuina Cartonera (2009)

Cuxtitali Cartonera.  Taller Leñateros (1975)

2012 Editorial (2012)

Ediciones El viaje (2015)

Ediciones Hturquesa Cartonera (2016)

Editorial sin fe (2012)

El pato con canclas (2017)
https://www.facebook.com/Editorial-El-Pato-con-Canclas-285367375130423/

FA Cartonera (2014)
https://www.facebook.com/fa.cartonera

Fantasma Cartonera (2013)

Fuente de Poder (2013)

Fumetto Cartone (2015)
https://www.facebook.com/profile.php?id=100010547343717
Honda Nómada Ediciones (2013)

Iguana Azul Cartonera (2012)

Infinita Cartonera (2012)
[sin página Web]

Jacalera Cartonera (2015)

Jauja Ediciones (2012)

Kodama cartonera (2010)

La Cartonera (2008)

La Cleta Cartonera (2013)

La Diëresis Editorial Artesanal (2009)

La Máquina Cartonera (2012)

La Marchanta Cartonera (2010)

La ratona cartonera (2009)

La rueda Cartonera (2009)

La tolvanera ediciones (2014)

La verdura cartonera (2011)

La Yaquesita Cartonera (2016)
https://www.facebook.com/layaquesitacartonera/
Mama Dolores Cartonera (2012)

Maya Cartonera (2012)

Nauyaca Cartonera (2013)

Nuestro grito cartonero (2010)

Orquesta Eléctrica (2011)

Pachuk Cartonera (2012)

Plástica Cartonera (2011)

Regia Cartonera (2009)

Santa muerte cartonera (2008)

Shula Cartonera (2014)

Tegus, la cartonera del toro (2011)

Trensardina (2011)

Tzikbal Cooperativa (2010)

Mozambique (2)

Kutsemba cartão (2010)

Livaningo, cartão d’arte (2012)

Panamá (2)
Diablo rojo cartonera (2010)

Pelo Malo (2013)

Paraguay (8)

Cartoneras Parawayensis Roga (2009)

Felicita Cartonera (2008)

Jakembó Editores (2004)

La Cancha ava de Kurnikova (2012)

Mamacha Cartonera (2008)

Paraguay tamaguxi (2009)

Mburukujarami Kartonera (2008)

Yiyi Jambo Asunción Paraguay (2007)

Perú (19)

Amaru Cartonera (2014)

Cartonazo Editores (2014)

Casa Katatay (2011)

Chacra cartonera (2015)

Chuskapalavra (2014)

Efraín y Enrique editores cartoneros (2013)

Eqquss Editorial Cartonera (2011)

Guerrilla Editorial Cartonera (2016)

Insurrecta Cartonera (2015)

La Apacheta Cartonera (2014)
https://www.facebook.com/apachetacartonera/
La Ingeniosa Cartonera (2013)

My Lourdes Cartonera (2009)

Otra cosa Cartonera (2014)

Partisana Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/PartisanaCartonera/
Qinti cartunira (2011)

Sarita Cartonera (2004)

Sullawayta Cartonera (2015)

Sumaq Wayta Cartonera (2013)

Viringo Cartonero (2014)

Portugal (1)

Bela Cartonera (2012)

Puerto Rico (3)

Atarraya cartonera (2009)

Coqui Cartonero (2015)

Mambrú Editorial Cartonera (2013)
[sin página Web]

República Dominicana (1)

Cartoneras Los suicidas (2015)

Suecia (1)

Poesía con C (2009)
[sin página Web]

Uruguay (4)

La Propia Cartonera (2009)

Savia Cartonera. Liceo de Piriápolis (2016)

Sin Licencia Editorial (2013)

Caracoles y kurupis (2009) (Uruguay y Paraguay)

Venezuela (3)

Amefrica Cartonera (2014)

Cartón en mano Cartonera (2014)

HarKâlÿa Cartonera (2011)




martes

Donde la pampa manda

En su novela La tierra del fuego, Sylvia Iparraguirre, que es de Junín,  despliega su relato sobre  dos o tres extremos: la Tierra del Fuego, en el sur más sur imposible;  la pampa nuestra, ya no tan al sur, y Londres, todos en el S. XIX.  Esta novela  varias veces premiada y reconocida  fue publicada a fines de los 90.  No tengo ganas de extenderme sobre ella,  sobre la que  muchos y mucho ya se ha hablado siendo de no reciente publicación.  De lo que tengo ganas ahora es de reproducir su vista, su mirada,  sus definiciones y percepciones sobre la pampa de la provincia de Buenos Aires de donde yo también vengo,  y desde donde muchas veces hablo, recuerdo, siento y pienso, reconociéndome en lo que la autora dice en  los fragmentos que siguen.
El que cuenta y  vive hacia 1865  en medio de esta llanura es el protagonista,  John William Guevara, que así la ve y la nombra:

"Hoy, en medio de esta nada, sucedió un hecho extraordinario. Tan de tarde en tarde la llanura rompe su monotonía interminable que cuando el punto vacilante en el horizonte creció y fue un jinete, y cuando pudo deducirse que su dirección era la de estas pobres casas, ya la impaciencia nos mandaba esperarlo. Si es que puede llamarse impaciencia el mirar silencioso y obstinado clavado en el horizonte. Cierto que era un hecho inusual, pero su verdadera dimensión, la dimensión que horas después cobraría para mí, no podía siquiera sospecharla cuando desde mi casa, apartada una legua de las otras, lo veía venir, recto, hacia nosotros. Digo nosotros pensando en el puñado de vecinos dispersos que forma lo que llamamos el caserío de Lobos".





"Son las dos de la madrugada. Graciana duerme en el catre.  Repongo el cabo de vela para poder continuar. El viento ha cesado y la noche, serena y universal, se adueña de todo. La pampa, que  miro a la luz de la luna desde mi ventana, es una inmensidad que provoca primero una nada  y más tarde un sosegado pavor. Salvo los bárbaros  y algunos gauchos nadie se aventura en ese silencio. De vez en cuando tropas de carretas gigantescas, inclinadas hacia la tierra, cruzan el horizonte como barcos perdidos.  Si hablo de la llanura es porque  sigue siendo para mí algo recuperado. Nací  y crecí en ella, me fui cuando empezaba a vivir, y ahora que he vuelto tengo necesidad de nombrarla. Mis compatriotas jamás consideran este lugar,  simplemente viven en él".

"La llanura nocturna es como un mar inmóvil.  La noche se hace dueña del mundo y hay veces que uno tiene que susurrar, decir algo. La llanura se traga todo. Entonces uno susurra, como para comprobar que vive".



"A la tarde, alcé la pipa y el tabaco y dejé la casa. Caminé metiéndome en la llanura donde lo que manda es la comba del cielo, que lo aplasta a uno. Arriba, el cielo de un azul purísimo; abajo, la llanura como un círculo plano. Mi perro Ayax es mi único testigo. El viento barre la tierra seca. Una bandada de biguás corta el aire en lo alto".


"Ahora puedo asegurar que la carta, el hombre que apareció y desapareció en la llanura y lo que acabo de relatar comienzan, para ellos, a pasar insensiblemente al olvido. Aquí, en Lobos, la monotonía de los días es como un río poderoso y lento que desgasta los hechos hasta reducirlos a una piedra pulida, más tarde a un grano de arena, después a nada".



"De donde nosotros veníamos no había tiempo, no se sabía cómo había transcurrido porque la vida parecía volver siempre a la tierra sin dejar huella. Había que atar los hechos a la llanura para que no se volaran".


(Y agrego yo: la llanura de John William Guevara es la del S. XIX.
Hace mucho que ya no hay que atar los hechos a la llanura para que no se vuelen. Los hechos: la pampa alambrada, el tren que apareció, cruzó el S. XX y desapareció, pueblos y ciudades, cereales y ganado, soja e inundaciones, todos sobre ese círculo plano, quieto,  bajo la comba altísima del cielo arriba).

domingo

Memoria de los trabajadores de la Biblioteca del Congreso desaparecidos por la dictadura

Reproducimos y acompañamos el comunicado de Barrios x la Memoria


Ayer,  junto a familiares y trabajadores del Congreso de la Nación, construimos las baldosas por la memoria que serán colocadas el próximo 13 de Septiembre, Día del Bibliotecario, frente a la puerta principal de la Biblioteca del Congreso, Alsina 1835, en la ciudad de Buenos Aires.

En esa biblioteca trabajaron los bibliotecarios y empleados BEATRIZ ARANGO, MARÍA VIRGINIA BRIZUELA, ANA MARÍA TOSSETTI Y JOSÉ AGUSTÍN POTENZA, desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado. Presentes ahora y siempre.

Gracias a los familiares presentes, a los trabajadores de la Biblioteca, algunos jóvenes y otros que compartieron sus días con los desaparecidos, porque todos, cuchara de albañil en mano, pusieron sus recuerdos y entusiasmo sumados a trabajadores de otros sectores del Congreso. 
Gracias a Elena Ferreyra y compañeros de la Secretaria de DDHH de APL- Asociación del Personal Legislativo,  por impulsar este nuevo proyecto. Agradecemos a la comunera María Suárez y vecinos que participaron.

30000 Detenidos Desaparecidos ¡¡Presentes!!

URGENTE APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO MALDONADO

BARRIOS X MEMORIA Y JUSTICIA BALVANERA
Baldosas x la Memoria
Grupo Autónomo-Horizontal-Plural.Autofinanciado
memoriayjusticiabalvanera@gmail.com













TRARA. Un hecho de semiología gauchesca

Cuenta Ricardo Piglia en Respiración artificial (1980) que el hecho semiológico ocurrió en la pulpería La Colorada, a unos setenta kilómetros de Paraná, la capital de Entre Ríos: 


Una tarde varios gauchos en la pulpería conversan sobre temas de escritura y fonética. El santiagueño Albarracín no sabe leer ni escribir, pero supone que Cabrera ignora su analfabetismo; afirma que la palabra trara no puede escribirse. Crisanto Cabrera, también analfabeto, sostiene que todo lo que se habla puede ser escrito.
—Pago la copa para todos —le dice el santiagueño— si escribe trara.
—Se la juego —contesta Cabrera; saca el cuchillo y con la punta traza unos garabatos en el piso de tierra.
De atrás se asoma el viejo Álvarez, mira el suelo y sentencia:
—Clarito, trara.

Pero el debate y desafío  ya había sido incluido por Borges y Bioy Casares en una antología de cuentos breves y extraordinarios, citando el libro  "Cincuenta años en Gorchs. Medio siglo en campos de Buenos Aires" (Olavarría, 1911), cuyo autor sería un tal Luis L. Antuñano, de cuya existencia podemos dudar dada la inclinación de Borges y Bioy Casares por las citas apócrifas, tanto como de la aparición del tal Antuñano por los campos de Entre Ríos. 
De lo que no se puede dudar es del gracioso desafío a la semiología, a la escritura, al signo y al símbolo,  para quienes los descifran a diario. 





sábado

La parada de Braian

Braian  para en el  cajero de un banco en la zona de Rivadavia y Av. La Plata.  Es casi mediodía y está acostado a la entrada del cajero, bien despierto, dispuesto a saludar y a charlar si se presta la ocasión, atento a quienes entran y salen de la habitación de las máquinas mágicas llenas de plata. Se tapa con un acolchado de color celeste, viejo y sucio, y cuando me detengo frente a él se lo sube más todavía, con un cuidado pudoroso.  

Ahí para. Así llaman los despojados de todo a asentarse en un lugar,  una ubicación exclusiva en la ciudad enorme, un remedo de casa y de propiedad, un lugar para indicar adónde se lo puede encontrar.  ¿A quién o a quiénes les importaría saber de él, me pregunto, buscarlo y encontrarlo en este cajero? Braian parece de unos veinticinco años, tiene el pelo corto y una expresión entusiasta, y le faltan los dientes de adelante.

Me quedo charlando con él.  A mi  pregunta responde que está en la calle desde marzo, que vivió un año y medio en un hogar del Gobierno de la Ciudad pero que lo echaron porque estaban bardeando  con no consumir, dice, cada vez bardeaban más con eso, que el faso se deja pasar pero que la cocaína no. ¿Y qué pasó?  Me perdonaron una, dos, tres veces, pero murió mi viejo, me puse mal, le di a la coca, fui preso, y ahí me echaron.

Eso me cuenta Braian.

Y ahora cómo lo llevás, le vuelvo a preguntar porque él me habilita, habla sin tapujos, es simpático y conversador.  Me estoy aguantando, hace dos meses que no consumo nada, dice, anoche vinieron unos pibes amigos y me ofrecieron, pero no quise…y chifla, ffffuuu, difícil, eh…

Hace un alto, parece reconsiderar lo que está contando. Pero yo ya me voy a ir de la calle, el gobierno me va a dar un subsidio y voy a poder alquilar, asegura, y cuando lo dice la voz le cambia, la creencia en ese subsidio se la vuelve cálida, esperanzada, y lo precisa: de 6800 pesos. Yo, que no he escuchado nada de otorgamiento de subsidios para gente de la calle, me callo la boca muy desconfiada de que ese buen suceso, suceda.  Braian fue a preguntar ayer al banco donde supuestamente se tramitaría pero no había nada todavía.  Y sigue: en cuanto alquile, busco trabajo.
Ah, lo acompaño yo en su alentadora perspectiva, ¿y qué sabés hacer?, y él enumera: fui bachero,  sé cortar fiambres, lavé autos, atendí el kiosko de mi abuela mucho tiempo.  ¿Y porqué no se quedó atendiéndolo? Porque su abuela es muy interesada, lo único que le importa es la plata, y a él eso no le va.

Así me aclaró Braian.

El cajero está muy concurrido a esta hora,  todo el tiempo entra y sale gente que pasa a nuestro lado. Sin decirle nada, una mujer le da a Braian diez pesos y él los acepta con toda cortesía. Pasa un cochecito de bebé, aparatoso como una nave espacial, y me corro para hacerle lugar. Un hombre que va a entrar después  del  cochecito observa con recelo la demorada conversación que estamos teniendo y me interpela con cierto fastidio: ¿pasa, señora?, como si tuviera que finalizarla y apurarme para entrar a la sala de las máquinas mágicas, pase usted, si quiere, le contesto.  

¿Y molesta la policía?, sigo con Braian, y entonces advierto la inusual manera de charlar que estamos teniendo: yo de pie, él acostado, arrebujado en su acolchado viejo, al borde de la ruidosa avenida, los dos manteniendo una larga conversación de lo más natural y fluida como si estuviéramos sentados a la mesa de  un bar.  A veces, dice, sobre todo los de la policía de la Ciudad, esos son unos pibes muy agrandados que te quieren llevar por delante. Y encima son más chicos que vos, calculo, tienen mi misma edad, corrige, tienen dieciocho años y se las quieren saber todas, desprecia, enojado.

Yo quisiera saber si todavía podría irse a la casa de algún familiar, o volver a la que antes habrá sido su casa,  la casa de dónde se haya ido al principio de todo, al principio de las adicciones, cuando todavía atendía el kiosko de la abuela o manejaba la cortadora de fiambre en un super de barrio, antes de que lo internaran en el hogar de donde fue expulsado.  Sí, me confirma, yo tengo la casa de mi madre, pero no quiero vivir ahí. Hace un silencio y agrega: me pegaba mucho de chico, me pegaba con todo lo que tuviera a mano. Ahora paso a saludarla de vez en cuando, y a ver a mis hermanas chicas, pero no me quiero quedar. Porque si ahora viera a mi vieja pegándole a mis hermanitas como a mí, sería capaz de cualquier cosa.

Así me explica Braian.







viernes

Elegía para un vecino bueno

Ramón ha muerto.  De improviso  la enfermedad, la leucemia, entró a su vida. Entró como una maleducada, empujando la puerta de la vida de Ramón sin pedir permiso, sin preguntar, y se aposentó en ella, se estableció, y en muy poco tiempo y sin importarle nada la saqueó, la vació, la borró.

Antes de que la enfermedad arrasara así con su vida Ramón había sido mi vecino muchos años. Todos los que fuimos sus vecinos sabemos de él, del hombre de pequeña contextura, morocho y de enorme sonrisa, alegre, resuelto para dar las incontables batallas de la vida cotidiana: la poca plata, las idas y vueltas de la vida en familia, los trabajos tan variados desde haber sido embarcado en los areneros del Paraná hasta limpiar vidrieras de negocios por Santa Fe  o musicalizar  las peñas adonde bailan las colectividades paraguayas viernes, sábado y  domingo.  Anduvo con su bicicleta por las avenidas de la ciudad todo lo que pudo, llevando su balde, su detergente  y su limpiavidrios, pedaleando entre los colectivos y los taxis hasta que hará unos tres o cuatro años uno lo chocó. Se repuso de ese impacto pero al poco tiempo tuvo un acv.  También se repuso de él, con paciencia, con kinesiología y con el abandono sufriente pero convencido del vino.  Volvió a las peñas y a la música, que era lo que más le gustaba, pero visto en retrospectiva pareciera que la muerte ya le andaba con ganas.

No le gustaba pelearse con nadie.  A él le gustaba acompañar, ayudar, saber del otro, preguntarle o escucharle o adivinarle si tenía un problema o una necesidad, y entonces ahí estaba. Y para acompañar y ayudar es necesario que el otro no sea un enemigo.  Una vez me contó del lejano y grave accidente de auto en su juventud del cual fue sobreviviente entre cinco amigos, que le había dejado marcas en el cuerpo y muchas pesadillas muchos años; otra vez, hablando de la época de la dictadura, me dijo de sus amigos del PC allá en su Concepción del Uruguay natal, que debieron huir y esconderse y de algunos que nunca volvieron de la noche negra de las desapariciones.

Pero a mí, que fui vecina suya mucho tiempo, lo que más me gustaba era  su matrimonio con Elena. Los dos se habían conocido de grandes en una de aquellas peñas que él musicalizaba, de vuelta de sus primeras o segundas rondas matrimoniales. Tenían hijos y nietos cada uno por su lado y a todos los compartían y querían y sufrían entre los dos.  Ramón cuidaba de Elena, enferma crónica y tan resuelta a ser feliz como él, la saludaba cada mañana cuando montaba en su bicicleta de trabajador limpiavidrios despidiéndose  con palabras de amor hasta pasado el mediodía, cuando volviera a comer. Entonces ella lo esperaba para almorzar juntos, la mesa tendida, la comida caliente y la risa en común.  Cuando era la mañana del cumpleaños de Elena yo oía que Ramón empuñaba la guitarra que lo había acompañado en los varios grupos de folklore que integró y le cantaba el feliz cumpleaños a viva voz, con una profunda sonoridad de tenor que no era posible imaginar en su cuerpo pequeño, y la risa de los dos quedaba repiqueteando largo rato después de los rasguidos del “que los cumplas feliz…”.

Me ha contado Elena que lo internaron inconsciente y que no recuperó la conciencia y se fue sin saber que se iba. Ella le habló al oído estando en la terapia intensiva, suave,  con la voz que él amaba, y Elena jura que inconsciente y todo él la escuchó e intentó responderle, decirle algo, que movió los labios para  hacerle saber que la oía. Elena dice que ahora duerme mal en la cama demasiado grande y solitaria, que se despierta con frío, que se quiere ir de donde vive  aunque no sepa adónde ni a hacer qué.


Ramón, buen vecino mío, adonde estés te deseo que haya una guitarra y un vino sin interdicciones, y peñas sin fin adonde vuelvas a encontrarte con Elena por primera vez,  y una bicicleta para salir a pasear con ella no por las avenidas atestadas de la ciudad sino por  la costa del mar que a los dos tanto les gustaba.


sábado

Los lomos de los libros, campo de batalla y obra de arte

Los editores se dividen en dos bandos irreconciliables: los que creen que el rótulo
en los lomos de los libros deben poder leerse de abajo hacia arriba y los que opinan lo contrario. Pero además hay quienes convierten ese espacio en obras de arte y hasta quienes los transforman en poesía.

Por Cristian Vázquez - Letras libres


1
Alguien se para ante un estante con libros y, para poder leer con claridad el nombre del autor y el título en el lomo del primer volumen, inclina un poco la cabeza hacia un lado. Luego la vista pasa al siguiente libro, y luego al siguiente y al siguiente. En algún momento, en el segundo libro, o en el quinto o en el décimo, inevitablemente, tendrá que mover la cabeza, inclinarla en el ángulo contrario. Y después volver a la inclinación primera. Y, más tarde, volver a cambiar. Así, la persona que quiere conocer el contenido de una biblioteca se descubre a sí misma moviendo la cabeza como los perros cuando quieren escuchar mejor.
Entonces uno se pregunta: ¿cómo es posible que los editores no hayan acordado hasta ahora un sentido en el cual escribir los lomos de todos los libros? La respuesta la da Mario Muchnik, mítico editor argentino radicado desde hace décadas en Madrid, en su libro Oficio editor, de 2011:
“Dos escuelas rivalizan en cuanto a este elemento esencial del libro [el lomo]. Por un lado están quienes sostienen a muerte la idea de que el rótulo del lomo de los libros ha de ser puesto de manera que se lea de abajo hacia arriba. Por el otro, quienes sostienen a muerte lo contrario: de arriba hacia abajo. Conozco amistades que se han roto a causa de este diferendo insubsanable”.

2
La tradición de escribir en los lomos de manera tal que se lean de abajo hacia arriba corresponde a lo que se llama la escuela francesa o latina. El fundamento es el siguiente: los distintos tomos de una obra o colección deben colocarse en el estante de forma correlativa y de izquierda a derecha, que es el modo en que leemos. Solo con lomos que se leen de abajo arriba sus textos quedarán en orden uno debajo del otro, como si fueran los renglones de una página.
La corriente opuesta es la anglosajona. Señala que si los libros se apoyan en cualquier superficie con la portada hacia arriba, los lomos a la francesa quedan al revés. Para que eso no suceda, deben poder leerse de abajo hacia arriba —aducen estos editores—, para que se lean bien cuando más cerca de los lectores se encuentran: apoyados sobre una mesa a la espera de que se retome la lectura, expuestos en los escaparates de las librerías, cuando se trabaja con ellos durante semanas…
“Que cada editor haga como quiera —pide Muchnik—, pero que sea coherente y no vaya cambiando de un libro a otro”.

3
El diseñador inglés Joseba Attard, que lleva varios años trabajando en España, ratifica que los editores de la mayoría de los países europeos adscriben a “la escuela francesa”, mientras que los de Gran Bretaña y Estados Unidos toman partido por la contraria.  Dice haber hecho un pequeño experimento: analizar su postura al tener que inclinarse para leer lomos de ambos tipos. Concluyó que tuvo que inclinarse menos para leer los lomos anglosajones, por lo cual siente que esta es la posición “más natural”.
Sin embargo, a otros blogueros les parece “más natural” inclinar la cabeza hacia la izquierda, que es lo que hay que hacer para leer los lomos latinos. Yo comparto esta misma sensación. Y seguramente no hay nada de “natural” en ello, sino puros usos y costumbres.
Por curiosidad, decidí echar un vistazo para ver qué opción predomina en mi biblioteca. Tomé como muestra uno de los cuatro muebles que la componen. Tras excluir la minoría de volúmenes gordos en los que el título y el nombre del autor aparecen en posición horizontal, el resultado es muy parejo: los de lomo latino constituyen el 53% del total y los anglosajones el 47% restante. Eso sí: tengo unos veinte libros en inglés y todos respetan esta última tradición, la que obliga a inclinar la cabeza hacia la derecha para leer sus lomos de arriba abajo.

4
Además de ser un campo de batalla para los editores, los lomos de los libros, con un poco de creatividad, se pueden convertir en auténticas obras de arte. De eso se encarga, por ejemplo, la empresa Juniper Books, que diseña sobrecubiertas de manera tal que el lomo de cada volumen es pieza de un rompecabezas que adorna toda la biblioteca. Así, la colección de los libros de Jack Londonconforma con sus lomos un cuadro con el rostro de Jack London acompañado de muchos de sus personajes.

librosjacklondon


Y también se puede jugar con los lomos de los libros como lo viene haciendo Nina Katchadourian desde 1993, con su proyecto Sorted Books: construye poemas con los títulos en los lomos de los libros, algo así como una vuelta de tuerca a la clásica consigna del cadáver exquisito. “Lomopoesía” lo llamó en su blog la española Elena Rius. Hice un intento con libros de mi biblioteca y me salió esto:

lomopoesia

A ver quién se anima a construir también su propio lomopoema. Por supuesto, les pasará como a mí, que tuve que colocar algunos libros boca arriba, pues seguían la tradición anglosajona, y otros boca abajo, dado que respetaban la costumbre latina. En este caso, fueron mayoría los primeros: siete de los diez que usé —editados por Seix Barral, Debolsillo, Alpha Decay, Muerde Muertos, Sudamericana, Alfaguara y Emecé— formaron parte de ese grupo. Solo tres —Plaza & Janés, Almagesto y otra vez Alfaguara (“que sea coherente y no vaya cambiando de un libro a otro”)— lo hicieron a la francesa.
Hay una posibilidad más: hacer como Alberto Laiseca y forrar todos los libros con papel blanco. Además de dificultar los robos, como quería el autor de Beber en rojo, la técnica quizás evite dolores de cuello.