domingo

Lo que vio la mujer que llegó al horizonte


Descreída de que el horizonte nunca pueda alcanzarse, una mujer empezó a caminar y llegó hasta él. Caminó días y días sin desanimarse de verlo siempre a la misma distancia. Siguió caminando noches y noches durante las cuales seguía imaginándolo y deseando alcanzarlo, sin verlo. Un amanecer descubrió que el horizonte había cambiado su condición de nítida línea que une el cielo y la tierra por otra que se difuminaba  perdiendo precisión y ganando amplitud en el espacio. Comprendió que estaba cerca y apuró la marcha.

Varios días después,  llegó.  El horizonte, contó después, es una enorme pared de luz que se fragmenta en múltiples figuras geométricas, líneas, círculos, óvalos, que no se pueden atravesar. Sin embargo, la pared de luz es blanda y las figuras se arman y desarman fluctuando verticales en el espacio infinito. Mis pies llegaron a su límite y sentí que no había más suelo sobre el que seguir caminando, una sensación de precipicio, dijo. Para probarlo,  en ese borde se afirmó sobre el pie izquierdo  y extendió el derecho hundiendo la punta en la pared blanda, y entonces los óvalos, círculos y líneas de bordes redondeados de luz se movieron, ondulantes como si hubiera agitado su reflejo arrojando una piedra a un estanque.

Isabel Garin




martes

Herbarium: un libro vegetal y fabuloso

La narradora y poeta rosarina Celia Fontán acaba de presentar en Buenos Aires su libro Herbarium. Con su delicada y sutil  fantasía cuenta los pormenores de una alucinada vida vegetal: flores que florecen en laboratorio después de miles de años congeladas,  un hecho fantástico éste pero de estricta realidad, y otros que detallan lo irreal con tanto realismo como ese florecimiento:  unas rosas que devoran en los jardines y otras que aúllan en las arenas del Sahara, campos de húmedos  helechos, árboles que miran, perfumes vegetales que huelen a carne muerta en la hondura de las selvas, herbarios que despiertan en la noche y recuperan la circulación de su savia, y así más y más hallazgos recolectados en una naturaleza  maravillosa a la manera de los antiguos exploradores que detallaban los hallazgos de los viajes en las botánicas fabulosas de su época
El árbol de los ojos

Durante años buscó el árbol de los ojos. Sabía de su existencia por testimonios de viajeros  y grabados antiguos. Deambuló por los bosque más intrincados, interrogó a nativos de mil lenguas con gestos y palabras aprendidos trabajosamente en diccionarios de idiomas casi extintos.  Finalmente dio con él.  El árbol permanecía con los ojos cerrados en el sopor de la siesta. Esperó hasta el atardecer pero pudo más el cansancio y se quedó dormido. Al despertar se sintió atravesado por una nube de ámbar. Nunca nadie lo había mirado así.  Los párpados del árbol eran afelpados como los de una gacela y sus ojos claros lo miraban sin asombro,  como si hubieran sabido desde siempre que él iba  a llegar. 


















miércoles

Hurgar en bibliotecas ajenas

Como decía Marguerite Yourcenar, una de las mejores maneras de conocer a alguien es ver su biblioteca. La suma de sus libros constituye una radiografía, un retrato, un mapa del alma de su poseedor. Cada biblioteca revela al menos un secreto, pero acceder a ese secreto depende de la sensibilidad del observador.


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Un “consejo” para promover la lectura, atribuido al cineasta John Waters, en su traducción más difundida la del español peninsular— dice así: “Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo folles”. Más allá del chiste, está claro que para los amantes de la lectura no es lo mismo llegar a una casa donde hay libros que a una donde no los hay. En cuanto descubre la biblioteca, el visitante lector está a la espera de poder curiosear entre sus estantes, al menos echar un vistazo furtivo y fugaz para hacerse una idea de qué títulos y autores pueblan el lugar.
La biblioteca es una especie de mapa del alma de su poseedor, una radiografía, un retrato. A menudo también una biografía. “Podés armar las vidas de las personas en función de sus bibliotecas”, asegura en una entrevista el uruguayo Marcelo Marchese, dueño de una librería de uCsados, quien, como tantos otros en su rubro, suele abastecer su negocio comprando colecciones particulares.
“Descubrís a qué se dedicaban, si se divorciaron, si tuvieron hijos… añade Marchese. Me pasó de descubrir a un hombre que tenía un vínculo con el fascismo italiano y otro que tenía un carné de afiliación al partido nazi. Siempre pienso en escribir un cuento en el que el librero descubre un crimen en función de una biblioteca”.

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Sin llegar a detective, como el librero del cuento que quizá Marchese escriba alguna vez, uno puede convertirse en “inspector de bibliotecas”. Ese grado alcanzó, según el escritor Antonio Gamoneda, el periodista Jesús Marchamalo, quien hace una década comenzó a publicar en el periódico madrileño ABC una serie de artículos titulada “Bibliotecas de autor”, destinada a describir las colecciones privadas de autores consagrados. Cuatro decenas de esos textos fueron reunidas luego en los volúmenes Donde se guardan los libros (2011) y Los reinos de papel (2016). En el prólogo del primero, Marchamalo escribió:
Cada biblioteca se rige por una serie de códigos, unos usos ni siquiera conscientes, caprichosos la mayor parte de las veces, que acaban señalando al lector, y que hablan de sus afanes y rarezas. Decía Marguerite Yourcenar que una de las mejores maneras de conocer a alguien es ver sus libros. Y creo que es verdad. En el caso de los escritores se añade además la sospecha fundada de que sus bibliotecas esconden una parte del mapa del tesoro. De su manera de plantearse y entender la literatura.
En sus textos, Marchamalo no solo refiere los libros que conforman las bibliotecas, sino también las peculiaridades que los rodean: soldaditos de plomo entre los volúmenes de Javier Marías, cientos de muñequitos infantiles entre los de Fernando Savater, la “biblioteca portátil” en la que terminó convirtiéndose el asiento trasero del coche de Luis Landero, los ejemplares destrozados por el perro de Soledad Puértolas… Detalles que también hacen, sin duda, al retrato de cada lector.

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En un artículo titulado “Un Borges tuteado”, la argentina María Moreno narra la ocasión en que viajó a París y se alojó, ella sola, en la casa de un compatriota amigo, quien a su vez estaba de viaje junto a su pareja, un francés. La biblioteca era enorme, describe, y contenía a muchos autores franceses que ella había leído a conciencia. Pero estas ediciones estaban, por supuesto, en su idioma original, que Moreno no maneja: los nombres de las editoriales y colecciones que ella solía ver “en la segunda página, un poco más arriba de la fecha de edición” (La Pléiade, Gallimard, Le Seouil, Grasset & Fasquelle) aquí estaban en los lomos.
“No había ningún libro en castellano. Sentí una especie de resentimiento, de antiimperialismo doméstico, que seguramente me hacía torcer la boca”, explica la autora. Hasta que por fin reconoció una edición de Anagrama en la pila acumulada sobre la mesa de noche: El factor Borges, de Alan Pauls. Lo supuso “como un talismán”: “La carta en la manga que mi amigo atesoraba de una lengua en minoría frente a la que se repetía en la biblioteca ‘dominante’ y es por eso que debía velar como una lámpara sobre la mesa de luz”.
Cuenta Moreno que lo leyó de un tirón y que, a medida que lo hacía, se fue “poniendo cómoda en el departamento”. Es decir, necesitaba encontrar en esa biblioteca ajena un libro de los suyos, un libro para ella, quizá porque solo en ese momento se sintió de verdad en casa de un amigo, es decir, porque después de estudiar la radiografía que era esa vasta biblioteca dio con el detalle que le permitió reconocer la presencia del amigo que le decía: “Ponete cómoda, estás en tu casa”.

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Tan bien describen algunas bibliotecas a sus dueños que algunas lo hacen incluso físicamente. En La casa de los veinte mil libros (2014), Sasha Abramsky homenajea a su abuelo, Chimen Abramsky, propietario de una casa que, a través de las décadas, fue tomada por los libros. Describe que “algunas de las habitaciones habían dejado de tener cualquier utilidad práctica: la flora bibliográfica había crecido de forma exuberante”.
En esos casos, la solución de Chimen fue simple: cerrar los cuartos con llave y ocultarlos de la vista. Pero en una ocasión en que el hombre entraba en uno de esos cuartos clausurados, una de sus nietas “entró a hurtadillas detrás de él [y] lo vio desaparecer por entre las pilas de libros, por un túnel que, juraba ella después, tenía exactamente la forma de su silueta”.
A propósito de espacios clausurados: ¿acaso los lectores no tenemos siempre por ahí algún que otro libro del que no nos enorgullecemos nada, o que directamente nos da un poco de vergüenza? ¿Acaso no los solemos guardar en cajones o en compartimentos ocultos, para que no nos descubran? Y es que esa forma del voyerismo, la pasión por hurgar en bibliotecas ajenas, es prima hermana del exhibicionismo: el placer de que alguien llegue a mi casa y se detenga a observar mi biblioteca como una forma de estudiarme a mí. Aunque, desde luego, como bien nos enseñó el psicoanálisis, no controlamos todo lo que expresamos. La biblioteca constituye un discurso que dice mucho más de lo que se propone la voluntad de su poseedor.

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A lo mejor, de hecho, la biblioteca no sea solo un mapa del alma de su propietario, sino incluso un pedazo de ese alma. Quizá por eso la venta de la biblioteca de alguien que ha muerto resulta a menudo, para sus familiares, una parte del duelo. “Muchas veces lloran cuando se desprenden de esos libros, y eso es difícil de soportar para el librero. En ese momento vos estás terminando de matar a su familiar”, apunta Marcelo Marchese, el librero uruguayo, habituado a atravesar situaciones dramáticas de ese tipo.
Por todas estas razones, cada vez que puedo hurgar en la biblioteca de alguien me siento además de curioso, quizá fisgón, a veces indiscreto y muchas veces, no lo negaré, envidioso un privilegiado. Cada biblioteca revela, en su silencio, al menos un secreto, pero acceder a ese secreto depende de la sensibilidad del observador. Eso también es saber leer.


(Buenos Aires, 1978) es periodista y escritor. Ha publicado la novela breve Támesis (2007) y el libro de cuentos Partidas (2012)

Luciana Jury no se olvidó

Por Mariano Del Mazo  -  Página 12  7/2/18



Dicen, y no es una broma, que las películas argentinas que más disfrutaban los ciegos eran las de Leonardo Favio. Al estreno de Juan Moreira, por ejemplo, fueron espectadores ciegos. Y fue tal el disfrute que para las funciones siguientes los productores invitaron, según reseñan los diarios del 1° de agosto de 1973, “a distintas entidades que agrupan a no videntes”. La explicación de esa empatía es sencilla: tiene que ver con el poderoso sonido de aquellos filmes, el imponente concepto operístico de esas músicas que siempre fueron centrales. Favio era obsesivo con el tratamiento sonoro porque aspiraba a que sus películas se escucharan bien en las pequeñas salas del interior, que no contaban con equipamientos. No le interesaba que su cine fuera consumido sólo por el circuito porteño; quería llegar al pueblo. Su plan artístico era tan estético como político.

Con muchos menos elementos, Luciana Jury logró un efecto similar en la octava noche del Festival de Cosquín que acaba de terminar; pura conmoción, puro sonido, pura imaginería. Pueden asomarse a YouTube: lo que Luciana hizo a través de un par de pases mágicos fue que su tío estuviera en la Próspero Molina. No sólo en una pantalla gigante; Favio estuvo presente con su volcánica desmesura en el arte mismo de la Jury. El ADN explotó. Lo onírico, lo transfigurado, lo fantástico es una marca de familia. Con su voz que parece venir de un patio andaluz –y toda la impronta árabe– la cantante es probablemente la artista más fulgurante, incorrecta y libre surgida en los últimos diez años. 





En 2008 dejó sedimentar su temperamento rockero de suburbio y debutó en el disco con el guitarrista Carlos Moscardini, en “Maldita huella”. A partir de entonces no paró. Intervino cuantas veces pudo la realidad social. Su bandera tiene las dimensiones vastas de una libertad total que para muchos resulta intolerable. Todo lo ejecuta a su manera, sin alharaca, rea y al mismo tiempo aristocrática. Trazó, al fin, ella también, un plan estético y político. Ese diseño –intuitivo, visceral– viene abarcando desde la recuperación de cantos extraviados en la noche de los tiempos hasta la libertad sexual. Supo sacar debajo de la alfombra del derecho de autor cuecas chilenas anónimas, hizo “Post Crucifixion” de Pescado Rabioso como si Luis Alberto Spinetta hubiera nacido en Perú, grabó con Gabo Ferro un tremendo disco a dúo... 

Ahí está, ahora, en el siempre atemorizante escenario Atahualpa Yupanqui: delante de un trío bajo, guitarra y batería, encarando “Ella ya me olvidó” sobre el final de su mínima media hora en Cosquín. Antes había reformulado la cumbia “En tu pelo”, el hitazo de Lía Crucet. Una pareja de varones bailó sobre ese cover tropical, circunspecta, amorosamente. Un guiño queer memorable. Al terminar su set, lo último que expresó la Jury fue: “¡Mucha vida, poca vergüenza!, como dijo Susy Shock”. ¿Alguien habrá entendido la rúbrica de la cita? El audio de este tipo de eventos al aire libre da para que el Susy Shock acaso llegue a los oídos del público como si fuera el apellido de un gurú new age japonés. Pero la Jury es cualquier cosa menos new age y citó a Susy Shock, una cantante, poeta y actriz nacida en Balvanera que se autodefine como “trans-sudaca”. Todo esto ocurrió en Cosquín. 

Un foro históricamente conservador de la argentinidad, un irresistible agujero negro que abduce tensiones y contradicciones y que enciende pasiones en todos: desde sojeros en 4x4 hasta paisanos de a pie, de urbanos curiosos a cazadores de talentos. Con polémicas mayores o menores, que pueden partir de la mención a Santiago Maldonado a la disputa a los codazos de horarios centrales televisados. Con ese antecedente, en el medio de la ciénaga donde puede caer hundida, Luciana Jury se planta en el escenario. Su tío la escudriña desde la pantalla gigante; su padre, Zuhair, guionista de la mayoría de las películas de Favio, hace lo mismo pero frente a la TV, en su casa en Tortuguitas. Cuando le preguntan por qué canta como canta, ella responde: “Por la literatura de mi padre. Lean ‘El glorioso velorio de la Juana Pájaro’. Ahí están las claves de todo”. En ese texto, el último de su cosecha, Zuhair muestra una prosa desbordante, expansiva, que trabaja con sueños, pesadillas y fantasmas. Todos mueren, resucitan, vuelan. Ahora el trío de Juan Saraco en guitarra, Lucas Bianco en bajo y Leandro Savelón batería hace una base sobre “Ella ya me olvidó”. 

Es el momento cumbre de la noche, el que hace ir una y otra vez a YouTube. Jury entra en éxtasis y empieza a recitar, a gritar: “En tu nombre, en todo tu ser. Jorge Zuhair Jury, Leonardo Favio. ¡Acá está Juan Moreira, mierda! Nazareno, no no no, Nazareno. Desecha el material: la plata, el oro, por amor Jesucristo. ¿Monito? ¡Monito las pelotas! ¡Señor Gatica! ¿Me escuchaste papito? ¡Oligarcón! Soy Gardel. Volá. Ofrenda a la tierra. Un pedazo de tierra para vos, el mismo pedazo de tierra para todos. Por el derecho de haber nacido. Ofrenda a la tierra. Un futuro distinto para nuestros hijos. Ofrenda a la tierra. Cambiar el mundo y unirlo, esta vez por amor. No al desmonte, no al monocultivo. Ofrenda a la tierra. No a la explotación laboral, de niños, niñas, mujeres, hombres, bisexuales. No a la resignación, recuperar la alegría de estar vivo”. 

Como una Janis Joplin del conurbano deja el recitado, retoma “Ella ya me olvidó” y se desarma en jadeos. Después dice lo que dijo Susy Shock sobre la vida y la vergüenza. Deja el escenario lleno de espectros: Nazareno, Moreira, Gatica, Gardel, Favio. Interviene, no para de intervenir sobre paradigmas de género que caen con estrépito y sobre la revolución sexual que se debate cada día de diferentes formas en diferentes medios y se va con un eco: Yo no puedo olvidarlo. Yo lo recuerdo ahora.








viernes

Sobre el 5° Encuentro de Editoriales Cartoneras, Santiago de Chile, 2017

Interesante  nota publicada en el blog http://librosvivientes.blogspot.com.ar/ de Daniel Canosa. Al final, listado de editoriales cartoneras.


miércoles, 4 de octubre de 2017

Sobre el 5° Encuentro de Editoriales Cartoneras, Santiago de Chile



Ha sido muy enriquecedor compartir en la Biblioteca de Santiago las diferentes experiencias que formaron parte del 5° Encuentro Internacional de Editoriales Cartoneras, donde los asistentes tuvimos la oportunidad de acceder a diversas ponencias en un amplio marco que incluyó el aporte de editores, escritores, artesanos y cartoneros. Es para destacar la particularidad de este movimiento social, que lejos de perder fuerza se ha multiplicado en diferentes direcciones, permitiendo que otras voces integren el heterogéneo plano de la literatura, mediante la autogestión y la creatividad.

Visitar la exposición es constatar este último aspecto, la variedad de formatos y de propuestas, las estéticas literarias y artesanales, el compromiso social, la inclusión de expresiones surgidas en contextos carcelarios, pero sobre todo el acto de llevar la palabra escrita a otra dimensión, en el que no caben las imposiciones ni los autoritarismos, ya sea desde el plano político-editorial como desde la situación económica.

En algún punto de la presentación de la ponencia comenté esto: las editoriales cartoneras vinieron a ocupar un espacio que nunca estuvo vacío, y para muestra bastan los casos registrados en los años 70: la poeta argentina Elena Jordana con su editorial cartonera Ediciones El Mendrugo, el poeta “guaraní parlante” Carlos Martínez Gamba, quien también publicó sus poemas en este formato, el Taller Leñateros de la cultura Maya, con su serie “Libros de Kartón” bajo la denominación “Cuxtitali Cartonera”, cuyos libros, basados en una cultura de reciclado, ofrecieron piezas únicas, de enorme calidad. Ni hablar la cantidad de editoriales artesanales, independientes, alternativas, que en los años 80 ofrecieron ediciones excepcionales en diferentes formatos, incluyendo plaquettes, libros-objeto o artefactos que llevaban un valor agregado mediante técnicas propias de las artes plásticas.

De algún modo, todo ese contexto previo ofreció un tipo de información que terminaría originando en el actual fenómeno de editoriales cartoneras cooperativas de reciclado, en el cual nunca tenemos que dejar de lado que la idea (o la necesidad de la misma) surgió porque antes hubo una crisis, esa idea, a la que Eloísa Cartonera le puso un cuerpo, terminaría generando un impacto sin precedentes a nivel mundial, una conjetura que increíblemente nació de forma involuntaria por una persona en situación de calle.

El universo de las cartoneras y de los libros cartoneros es realmente ilimitado, y lo presenciado en Santiago de Chile ofrece una pauta de entendimiento que nos muestra un escenario que lejos se encuentra de desaparecer, sino más bien todo lo contrario:  es algo más que una conquista social, una noción de la que pueden dar cuenta los editores, artesanos, escritores y cartoneros que estuvieron presentes en el evento, y al que esperamos volver el próximo año.

A modo de adelanto del trabajo presentado bajo el título “Editoriales cartoneras: el paradigma emancipatorio de los libros cartoneros en contextos de vulnerabilidad social”, se comparte un directorio de las diversas editoriales-cooperativas cartoneras existentes a nivel mundial, organizadas en orden alfabético por países,  incluyendo año de inicio, con el objetivo de facilitar el acceso al recurso físico y digital de cada agrupación.  En el caso de aquellas editoriales que cuentan con varios accesos (página Web, blog, Facebook y/o Twitter) se tomó por criterio en esta etapa incluir una sola URL.

Para llevar a cabo este trabajo se cotejaron los diferentes directorios existentes en entornos digitales, registrando hasta la fecha (desde 2003 hasta septiembre de 2017) 277 editoriales cartoneras. Cabe señalar que en este listado se encuentran casos donde no aparecen datos de contacto, mientras que en algunos ejemplos no queda confirmado el año de inicio, con lo cual es necesario abrir una puerta colaborativa para quienes cuenten con información que permita de este modo ir modificando el directorio.

Se debe aclarar que dicho dato no pretende, ni podría, ser completo y/o exhaustivo, por la naturaleza de su concepción y desarrollo, el resultado es inevitablemente estimativo, seguramente existen muchas editoriales que publican libros de cartón sin difundir su producción en redes sociales, como también figuran menciones sobre cartoneras cuyos datos no resultaron comprobables. En otros casos hubo cartoneras que no publicaron libros, para lo cual se tomó por criterio no incluir dicha información.

En total figuran 28 países con experiencias de editoriales cartoneras, de los cuales 10 son latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), 4 de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Panamá), 3 de Islas del Caribe (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana), 2 de América del Norte (EEUU y México), 7 europeos (Alemania, España, Finlandia, Francia, Italia, Portugal y Suecia), 1 de África (Mozambique) y 1 de Asia (China).

Esta propuesta requiere de una permanente revisión bibliográfica cuyo humilde objetivo es ir completando en lo sucesivo un listado de editoriales cartoneras a nivel mundial. Desde 2017 en adelante el directorio se irá actualizando mes a mes en el blog Que sabe quienhttp://www.librosvivientes.blogspot.com.ar/ para lo cual espero contar con la colaboración de los asistentes del encuentro de Santiago, y de todos aquellos que han investigado sobre este fenómeno sociocultural.

Vaya a toda la familia cartonera mi sincera gratitud por permitirme compartir esta experiencia.
Hasta pronto.
Daniel Canosa



Directorio de Editoriales Cartoneras en el mundo:

Alemania (2)

Papka Cartonera (2011)

PapperLaPapp (2009)

Argentina (19)

Barco borracho ediciones (2008)

Cartonerita Solar (2009)

Casimiro Bigua Cartonera (2013)

Cieneguita cartonera (2011)

Cuenteros, verseros y poetas (2010)

Editorial cartonera amarillo rojo y azul (2012)

Editorial Retazos (2010)

El Piche Cartonero (2017)

Klokéten Tintea Cartonera (2012)

Eloísa Cartonera (2003)

La gurisa cartonera (2013)

La Sofia Cartonera (2012)

Me muero muerta ediciones (2011)

Ñasaindy cartonera (2009)

Paisanita Editora (2013)

Poderosa lectura (2012)

Seis puntitos cartoneros (2013) [Casimiro Bigua, cartonera braille]

Textos de Cartón (2009)

Tinta limón ediciones (2010)

Bolivia (8)

4 nombres Cartonera (2014)

La Aparecida Cartonera (2010)

Babel Cartonera (2010) (franco-boliviana)
[sin página Web]

Mandrágora Cartonera Editorial (2004)

My Lourdes cartonera (2009)

Nicotina cartonera (2009)

Rostro asado cartonero (2010)

Yerba mala cartonera (2006)

Brasil (35)

Candeeiro Cartonera (2015)

Carolina Cartonera (2015)

[sin página Web]

Cartonera Caraatapa (2013)

[sin página Web]

Cartonera do mar (2015)

Catapoesia (2009)
http://catapoesia.wordpress.com/

Chita Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/chitacartonera/

Clãndestina Cartonera (2014)

Comissao cartonera (2014)

Dengo–Dengo Cartoneiro (2011)

Dulcinea catadora (2006)

Ediçoes Serpentinas (2011)

Editora artesanal Monstro dos mares (2011)

Escola Poty Medeiros. Editorial Cartoner (2014)
[sin página Web]

Estaçao Catadora (2011)

Estrela cartonera (2013)

Katarina Kartonera (2012)

Lara Cartonera (2013)

Malha Fina Cartonera (2015)

Magnólia Cartonera (2015)

Maracajá Cartonera (2015)

Maria Papelão Cartonera (2013)

Mariposa Cartonera (2013)

Nordeste Cartonero (2015)

Pé de Letra (2014)

Querubim Cultural (2012)

Rubra Cartoneira Editorial (2012)

Sereia cantadora (2010)

Severina catadora (2012)

Sopapo Cartonera (2014)

Therezinha Cartonera (2013)

Universo Cartoneiro (2016)

Vento Norte Cartonero (2014)
https://es-la.facebook.com/ventonortecartonero/

Voz Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/Voz-Cartonera-131341647480233/
Chile (49)

Al fin Ediciones (2017)
https://www.facebook.com/Al-FIN-Ediciones-1046318588803742/
Animita Cartonera (2005)

Arriba del pegaso (2016)
Autoedición Cartonera (2016)

Benicia Cartonera (2011)

Calafate Cartonera (2012)

Canita Cartonera (2009)

Cartonera Helecho (2009)

Cartonerosinfilo (2017)
https://www.facebook.com/people/Editorial-Cartonerosinfilo/100019225232817?fref=mentions

Charquicán Creativo (2017)
https://www.facebook.com/Charquican-Creativo-2069701746591053/

Cizarra Cartonera (2009)

Colectivo Pulmari ediciones (2016)

Costalazo ediciones (2015)

Cuenta Cartón (2017)
https://www.facebook.com/EditorialSustentableCC
Ediciones Kiltra Cartonera (2012)

Ediciones Ají (2013)

Ediciones Inubicalistas (2009)

Ediciones Liz (2016)

Editorial Cayo la teja (2015)

Editorial Montecristo cartonero (2016)

Editorial Taller Colectivo Anartistas (2016)
[sin página Web]

Efímera cartonera (2016)

Estalla cartonera (2014)

Hipérbole ediciones (2015)

Infracción Ediciones (2013)

Fugitiva Cartonera (2014)
[sin página Web]

Gata Galáctica Ediciones (2015)
https://www.facebook.com/gatagalacticaediciones/
Griffo Ediciones (2016)

Isidora Cartonera (2011)

Juanita Cartonera (2014) bibliotecaria

La Fonola Cartonera (2013)  bibliotecarios

La Gata Viuda Cartonera (2013)

La Grullita Cartonera (2015)

La Joyita cartonera (2014)

La mañosa cartonera (2016)

La Vieja Sapa Cartonera (2012)

Letras de Cartón (2013)

Libertando Cartonera (2014)
[sin página Web]
Loquita cartonera (2014)

Luchín Cartonero (2015)

Multicancha ediciones (2013)

Nelumbo Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/NelumboCartonera/
Nuestra Señora Cartonera (2010)

Olga Cartonera (2012)

Opalina Cartonera (2014)
http://opalinacartonera.blogspot.com.ar/

Pollos Cartoneros (2016)
https://www.facebook.com/polloscartoneros/

Publicaciones Marca Chancho (2017)

Varonas de cartón ediciones (2013)

Warp Zone Cartonera (2012)

China (1)

Feng (2016)
[sin página Web]

Colombia (8)

Amapola Cartonera (2012)

Anfibia Cartonera (2013)

Cartongrafías (2014)

Del ahogado el sombrero cartonera (2011)

Ediciones muela de oso (2013)
[sin página Web]

La maestra cartonera (2016)

Patasola cartonera (2009)

Zarigüeya Editorial (2016)
https://www.facebook.com/editorial.zarigueya
Costa Rica (3)

Cartonera Tica (2010)
[sin página Web]

La Cartonera Tuanis (2010)

Ukecleta Cartonera (2016)

Cuba (3)

Costanera Editorial (2014)
[Sin página Web]

Ediciones Encaminarte (2014)
[Sin página Web]

Ediciones Samandar (2014)
[Sin página Web]
Ecuador (9)

Barba azul cartonera (2009)

Camareta Cartonera (2011)

Dadaif Cartonera (2012)

Editorial cartonera intercultural (2013)

La One hit wonder cartonera (2013)

Luna verde cartonera (2014)
Morona Santiago [sin página Web]

Matapalo Cartonera (2009)

Murcielagario Cartonera (2009)

Ninacuro Cartonera (2013)

El Salvador (2)

La Cabuda Cartonera (2009)

Pirata Cartonera (2013)

España (20)

Aida Cartonera (2013)

Astromántica Cartoneira (2015)

Boquita Cartonera (2011)

Carmela Cartonera (2013)

Cartonera Island (2012)

Cartonerita Niña bonita (2009)

Cartopies Cartonera (2010)

Cordeleria Ilustrada (2012)

Ediciones Karakarton (2012)

Editorial Ultramarina Cartonera & Digital (2009)

El Mamut Clonado (2011)

Iyari Cartoneria (2011)

La Verónica Cartonera (2013)

Llibres de Cartro (2010)

Meninas Cartonera (2009)

Palmera Cartonera (2012)

Paquita Cartonera (2007)
[sin página Web]

Pensaré Cartoneras (2014)

Princesa Cartonera (2014)
[sin página Web]

Zapaticos Rotos Cartonera (2013)
[sin página Web]

Estados Unidos (5)

Cardboard House Pres (2016)
https://www.facebook.com/TheCardboardHousePress/

Memphis Cartonera (2016)
https://www.facebook.com/Memphis-Cartonera-1693509454250014/
Rosalita Cartonera (2010)
[sin página Web]

Tacocat Cartonera (2016) revista bilingüe

Workshop Community Arts. Cartonera Santanera (2012)

Finlandia (1)

Karu Cartonera (2010)

Francia (8)

Cephisa Cartonera (2011)

Cosette Cartonera (2016)

El tren blanco. Colectivo cartonero (2011)

Julieta Cartonera (2012)

Kartoceros editions (2015)

La Guêpe Cartonnière (2010)

La Marge (2013)

Yvonne Cartonera (2010)

Guatemala (5)

Alambique (2009)
[sin página Web]

Cartonera Maximon (2011)

Catafixia Editorial (2009)

Ediciones la maleta ilegal (2015)

Proyecto editorial Los Zopilotes (2011)

Italia (4)

Fernandapappetrice (2012)

Pangea Cartonera (2016)

Storie di cartoné (2012)

Zona franca Casa Editrice di cartoni (2009)

México (51)

Bakcheia Cartonera (2012)

Carton-ERA (2014)

Cartonera Curiositas (2013)
https://www.facebook.com/lacuriositas
Cartonera Hortera (2012)

Cartonera la Cecilia (2011)

Cartonera Nómada Editorial (2014)

Cartonera Siete Lenguas (2012)

Cartopirata (2014)

Casamanita Cartoneira (2009)

Cascada de palabras (2011)

Catarsis Cartonera (2015)

Cohuina Cartonera (2009)

Cuxtitali Cartonera.  Taller Leñateros (1975)

2012 Editorial (2012)

Ediciones El viaje (2015)

Ediciones Hturquesa Cartonera (2016)

Editorial sin fe (2012)

El pato con canclas (2017)
https://www.facebook.com/Editorial-El-Pato-con-Canclas-285367375130423/

FA Cartonera (2014)
https://www.facebook.com/fa.cartonera

Fantasma Cartonera (2013)

Fuente de Poder (2013)

Fumetto Cartone (2015)
https://www.facebook.com/profile.php?id=100010547343717
Honda Nómada Ediciones (2013)

Iguana Azul Cartonera (2012)

Infinita Cartonera (2012)
[sin página Web]

Jacalera Cartonera (2015)

Jauja Ediciones (2012)

Kodama cartonera (2010)

La Cartonera (2008)

La Cleta Cartonera (2013)

La Diëresis Editorial Artesanal (2009)

La Máquina Cartonera (2012)

La Marchanta Cartonera (2010)

La ratona cartonera (2009)

La rueda Cartonera (2009)

La tolvanera ediciones (2014)

La verdura cartonera (2011)

La Yaquesita Cartonera (2016)
https://www.facebook.com/layaquesitacartonera/
Mama Dolores Cartonera (2012)

Maya Cartonera (2012)

Nauyaca Cartonera (2013)

Nuestro grito cartonero (2010)

Orquesta Eléctrica (2011)

Pachuk Cartonera (2012)

Plástica Cartonera (2011)

Regia Cartonera (2009)

Santa muerte cartonera (2008)

Shula Cartonera (2014)

Tegus, la cartonera del toro (2011)

Trensardina (2011)

Tzikbal Cooperativa (2010)

Mozambique (2)

Kutsemba cartão (2010)

Livaningo, cartão d’arte (2012)

Panamá (2)
Diablo rojo cartonera (2010)

Pelo Malo (2013)

Paraguay (8)

Cartoneras Parawayensis Roga (2009)

Felicita Cartonera (2008)

Jakembó Editores (2004)

La Cancha ava de Kurnikova (2012)

Mamacha Cartonera (2008)

Paraguay tamaguxi (2009)

Mburukujarami Kartonera (2008)

Yiyi Jambo Asunción Paraguay (2007)

Perú (19)

Amaru Cartonera (2014)

Cartonazo Editores (2014)

Casa Katatay (2011)

Chacra cartonera (2015)

Chuskapalavra (2014)

Efraín y Enrique editores cartoneros (2013)

Eqquss Editorial Cartonera (2011)

Guerrilla Editorial Cartonera (2016)

Insurrecta Cartonera (2015)

La Apacheta Cartonera (2014)
https://www.facebook.com/apachetacartonera/
La Ingeniosa Cartonera (2013)

My Lourdes Cartonera (2009)

Otra cosa Cartonera (2014)

Partisana Cartonera (2017)
https://www.facebook.com/PartisanaCartonera/
Qinti cartunira (2011)

Sarita Cartonera (2004)

Sullawayta Cartonera (2015)

Sumaq Wayta Cartonera (2013)

Viringo Cartonero (2014)

Portugal (1)

Bela Cartonera (2012)

Puerto Rico (3)

Atarraya cartonera (2009)

Coqui Cartonero (2015)

Mambrú Editorial Cartonera (2013)
[sin página Web]

República Dominicana (1)

Cartoneras Los suicidas (2015)

Suecia (1)

Poesía con C (2009)
[sin página Web]

Uruguay (4)

La Propia Cartonera (2009)

Savia Cartonera. Liceo de Piriápolis (2016)

Sin Licencia Editorial (2013)

Caracoles y kurupis (2009) (Uruguay y Paraguay)

Venezuela (3)

Amefrica Cartonera (2014)

Cartón en mano Cartonera (2014)

HarKâlÿa Cartonera (2011)